El condón femenino es un dispositivo utilizado para el control natal. Al igual que el condón masculino, crea una barrera para impedir que
el espermatozoide logre llegar al óvulo.
El condón femenino brinda protección contra el embarazo y
también contra las infecciones que se propagan durante el contacto sexual,
como el VIH. Sin embargo, se cree que no funciona tan bien como el condón
masculino para proteger contra las infecciones de transmisión sexual.
El condón femenino está hecho de un plástico delgado y
fuerte llamado poliuretano. Una nueva versión, que es más barata, está hecha de
una sustancia llamada nitrilo.
Estos condones encajan dentro de la vagina.
El condón tiene un anillo en cada extremo.
El anillo que se ubica en el interior de la vagina se ajusta
sobre el cuello uterino y lo cubre con el material de goma.
El otro anillo, que está abierto, permanece por fuera de la
vagina y cubre la vulva. El condón femenino tiene una efectividad de entre el 75% y
el 82% en el uso habitual. Cuando se utiliza correctamente todo el tiempo, el
condón femenino tiene una efectividad del 95%.
Estos condones pueden fallar por las mismas razones que
los condones masculinos, entre ellas:
-Hay una ruptura en el condón (esto puede suceder antes o
durante la relación sexual).
-El condón no está puesto antes de que el pene entre en contacto con la vagina.
-Falta de utilización del condón cada vez que se tiene
una relación sexual.
-Hay defectos de fabricación del condón (infrecuente).
-Los contenidos del condón se derraman a medida que éste se
retira.
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